El centro de su religión es el culto al jaguar, y aparece representado en la iconografía olmeca. No se sabe qué tipo de dios pudo ser. Se cree que pudo ser el origen del dios de la lluvia, que se desarrollará posteriormente en muchos puntos de Mesoamérica.
Hombre-jaguar concebido, según un relieve en Potrero nuevo, por una mujer y un jaguar. El producto de esta unión tenia rasgos abultados e infantiles y una boca con expresión hosca, comisuras hacia abajo, labios gruesos y colmillos
Se cree que pudo ser una religión dinástica, sus dioses estarían relacionados directamente con los gobernantes, con los señores de los centros ceremoniales, gobernantes con poderes sobrenaturales, descendientes directos de las divinidades.
De esta forma también los líderes gubernamentales utilizaban un símbolo de una figura de animal para identificarse.
Los arqueólogos han tenido que depender de otras técnicas para reconstruir las creencias religiosas de los olmecas, principalmente: tipológica análisis de iconografía olmeca y arte.
Hay muchos animales considerados dioses, como el caimán, sapos, reptiles, todos animales de la zona. Normalmente, aparecen mezclados entre ellos, cabezas de unos y cuerpos de otros, creando seres mitológicos
La escultura fue el aspecto artístico con más desarrollo dentro de la cultura Olmeca
Estas "criaturas imposibles" han sido bautizadas como hombres-jaguar y, para algunos estudiosos, son seres sobrenaturales producto de la unión de los gobernantes olmecas y seres-jaguares míticos